A las 3:11 pm del domingo 22 de mayo de 1960, un ronco ruido subterráneo golpeó la tranquilidad dominical de los residentes de Valdivia, sur de Chile, mientras disfrutaban del sol de otoño.
En pocos segundos, el breve terremoto inicial se convirtió en el mayor registro de terremotos de la historia. Los científicos estiman que, según una escala de Richter de 9,5 grados, la intensidad de liberación de energía que se produjo esa tarde fue 200,000 veces más fuerte que la bomba lanzada sobre Hiroshima al final de la Segunda Guerra Mundial.
Aproximadamente 15 minutos después del terremoto, la situación empeoró: el tsunami se extendió por la mayor parte del sur del país, con olas de más de 10 metros.
Esto condujo a un cambio en el mapa de Chile: la causa del río cambió y la mayor parte de la tierra se hundió.
¿Resultado?
Más de 2.000 personas murieron en Valdivia y otras ciudades de la región, millones de personas resultaron heridas y se causaron graves daños a carreteras y edificios.