Un profundo repudio ha generado la prédica de un supuesto pastor evangélico, quien, en plena Plaza de la Independencia de Concepción, utilizó altoparlantes para difundir un discurso de odio en el que culpó a niñas y mujeres de ser víctimas de abuso e incluso de asesinato.
El hecho, que quedó registrado en videos difundidos en redes sociales, provocó la indignación de transeúntes y organizaciones que condenaron enérgicamente el mensaje misógino del sujeto. La situación ha reavivado el debate sobre la normalización de discursos de odio en espacios públicos y la falta de sanciones más severas para quienes promueven este tipo de mensajes.
A pesar del impacto y el rechazo generalizado, el individuo solo fue multado y citado al Juzgado de Policía Local, lo que ha generado cuestionamientos sobre la falta de medidas más estrictas frente a este tipo de expresiones. Diversas agrupaciones han llamado a las autoridades a fortalecer la legislación para evitar que estos discursos sigan propagándose sin consecuencias reales.
